Febrero del 74

Descuidado y derrocado, Me despierto de un golpe De un sueño de guardia baja y golpes bajos mal interpretados. Mate a un rey enrocado Que por querer querer Y asomar para ser amado Ha perdido su trono Antes incluso... de haber empezado. Partida partida por un adiós extraño De quiero y no puedo, no quiero y te amo, Deseo y no freno, me hiero y me mato. Partido impartido en tiempo equivocado. Jugando con fuego... Sin duda me he quemado mientras me hablaba sin pensarlo, Solo el juego miraba... Partida perdida de un rey enrocado.

Valorado los motivos Uno claro, dos perdidos, Con la balanza inclinada Hacia lado del despido. Sin valor e incomprendido con pánico a una edad, al tiempo, a una sombra que de abrigo, la palabra Soledad me retiene entretenido. No se comer sin sabor, sin la sal, sin un nudo en el ombligo, pero si puedo picar, amortiguar Hibernar sus incómodos sonidos. ¡Me dan miedo los despidos! Soy cobarde entretenido, me ahogo en alcohol y vino Si soledad brinda conmigo. Las veces que me acogió, acortó... meses, años de disfrutarlos.. infligiendome, a mi familia a mis amigos, la tristeza por castigo. Prefiero tenerla ahí Hasta anudarme el ombligo.

Ahora me miro al espejo Está sucio, antiguo, viejo, La mirada se me arruga La sonrisa se entrelaza con madeja de borrego enredando lo que sé, sosteniendo la tortura de lo que quiero y no puedo.   Ando el camino dolido, Muriendo vivo, dejando a un lado Lo que hace seguir y enloquece al tiempo, Que de grandes caminos vivimos Olvidando los pequeños, Que se cruzan con los suyos esquivando pesadillas O lo intentándolo al menos. El tener sin ver… Solo pensar día a día Y sus horas echar de menos. Su sonrisa bailarina No dejo de ver de lejos Caminado mi camino Hacia particular infierno. No cogí, fui cobarde, ese cruce me dio miedo Y ahora me odio por ello.  

Desde el día que te vi con un vaso agarrada tu sonrisa me miraba y la mía te escondí. Ese día te pedí… que solo el amor buscaba que mi vida fue robada y el dolor te lo prohibí. Desde el día que te vi... sabía que te querría, que lo que yo te daría no se podrá repetir. Desde ese mismo día fui luchando la corriente de los ceños de la gente que mi cabeza pedía. Desde ese momento… sentí que todo lo merecería, el dolor… por tu alegría, el hacerte sonreír. Desde ese mismo instante no lo dude un minuto, pensé que si algún momento sentía lo que llevo dentro te lo debería decir. Te quiero.

Es difícil no sentir, el dejar de discernir lo que antes fue violento y que de ayer a hoy fue y me disuelve por dentro. Es difícil el decir que no sentiré su aliento, repetir y repetir.... machacar y marcharme.... me va borrando su acento, ese del que dirán por pasado sin asiento. Es difícil encontrar lo que cae por sotavento, es dolor lo que me queda deseando cambie el tiempo y poder caerme bien pues rodillas ya no tengo. Es difícil el vivir.... sin tener lo que más quiero, que se rian más de mi.... que no se mueran los muertos.

Ahora que veo fino el grosor de este abrigo, dando rienda a escalofríos que provocan mi estupor en lo tuyo y en lo mío, tengo mucho más sentido el haber luchado a pelo con este pedazo de frio. Ahora que no me arropan el calor de tus oídos, que solo tengo esta ropa que desde chile ha venido con engaños, confesiones… de que nunca me has querido tengo que levantarme como siempre he vivido. Ahora que cae la noche en este barrio sombrío, por mucha manta que ponga me duelen los tres sentidos, que me quedan sin en roca el haberse convertido pues mi tacto y mirada a golpes se han esculpido. Ahora que se que nunca… ya volveré contigo y no quedan más palabras… ni lágrimas en los ombligos, sé que rosas y canciones se me murieron de frio.